Dejamos que la naturaleza haga su trabajo, interviniendo lo mínimo posible: la cubierta vegetal espontánea es nuestra aliada y nos permite eliminar la erosión, manteniendo la biodiversidad. Los restos procedentes de la siega mecánica de esta cubierta, protegen el suelo de la evaporación y su descomposición permite el ciclo de la vida en el suelo ¡No hay olivares vivos sin un suelo vivo!
Además, todos los subproductos de la elaboración del aceite son sometidos a un proceso de compostaje, que nos permiten una fertilización natural. Esta manera de trabajar nos permite cerrar el círculo productivo, elaborando un aceite ecológico de alta calidad y reciclando todos los subproductos generados.
De nuestra explotación solo sale aceite. Sin más.
Enrique de Juan Soler. Propietario de El Tobazo.